Las huellas de las intensas nevadas que el sábado sorprendieron a centenares de valencianos en Javalambre y Valdelinares seguían siendo patentes ayer en las carreteras de acceso a las pistas y en las poblaciones más cercanas. La imagen durante toda la mañana del domingo fue la de la peregrinación de los conductores que volvían a las inmediaciones de las pistas de esquí a recoger los coches que se habían visto obligados a abandonar en medio de la nevada la noche anterior tras intentar descender sin éxito.
Nadie tuvo que pasar la noche en la carretera, pero eran más de las diez cuando todavía seguían bajando desde Javalambre y Valdelinares los últimos vehículos que se habían quedado atrapados en la nieve, en algunos casos, más de cinco horas. Muchos de estos conductores, la mayoría de ellos desprovistos de cadenas, buscaron alojamiento en los municipios más cercanos a las pistas. Los hoteles y hostales de la Puebla de Valverde y Camarena de la Sierra tuvieron que alojar a varias familias valencianas que habían logrado llegar hasta allí tras varias horas bloqueados en la carretera.
Y es que los 14 kilómetros que separan Camarena de la Sierra de las pistas de Javalambre se convirtieron el sábado en una gélida trampa. Según los testigos, unas 2.000 personas se quedaron atrapadas durante horas en las pistas, donde la primera prueba de Nissan Freestyle Night Tour había atraído a numerosos visitantes, después de que un autobús quedara atravesado en la carretera impidiendo la circulación. Los responsables de varios alojamientos de la zona, aseguraban que pasadas las 23 horas aún seguía llegando gente desde la estación de esquí de Javalambre.
Dos autobuses de Valencia
Muchos bajaban en sus propios vehículos, pero hubo también quien se vio obligado a abandonar su coche. Quienes lo hicieron, tuvieron que ser reubicados en los huecos que había en los autobuses.
En Valdelinares, los pasajeros de dos autobuses de Valencia tuvieron que esperar casi tres horas hasta que la Guardia Civil, alrededor de las diez de la noche, les dio luz verde para salir. Según una de las pasajeras, los agentes les pidieron que esperaran hasta que hubieran sacado a una decena de coches que no tenían cadenas pero, con el frío, la nieve se convertía en hielo por momentos y estas maniobras se prolongaron durante horas. Los visitantes que no lograban mover sus coches eran entretanto reubicados en los asientos libres de estos autobuses.
Tres horas más tarde, y tras la indignación de los viajeros que veían que aún quedaban cuatro turismos atrapados en la nieve, la Guardia Civil dio permiso a los dos autobuses para que pudieran emprender su viaje de regreso a Valencia.
Pese al trabajo de las grúas, ayer a mediodía seguía habiendo coches en la cuneta en las comarcales de acceso a las estaciones. Algunos valencianos, como José Luis, llevaban 19 horas esperando la grúa y habían tenido que pasar la noche en la Puebla de Valverde. Al menos ayer las carreteras ya estaban despejadas.
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Levante-EMV